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Debes destinar a apuestas, como máximo, aquel dinero que pertenece a tus ahorros y, que si lo pierdes, tu nivel de vida y tu tranquilidad no se ven afectados.
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Elige uno o varios tipsters que se adecuen a tu perfil: beneficios, horarios, volatilidad, duración de cuotas, etc. LA DIVERSIFICACIÓN DE RIESGOS ES FUNDAMENTAL: Cuantos más tipster tengas, menos riesgo tendrás de pérdida, ya que estadísticamente es muy improbable que todos tengan pérdidas o malas rachas a la vez.
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Una vez que lo contrates, define la equivalencia de tu unidad. Como mucho debería ser tu bank dividido por 100. A partir de ahí respeta los stakes del tipster. Nunca juegues más del 5% de tu bank en una apuesta.
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Si eres novel, plantéate como meta el primer mes simplemente amortizar el servicio. El primer mes sirve para conocer al tipster, hacerse con la jerga y adquirir destreza en ir a buscar los pronósticos y apostarlos sin errores en un tiempo relativamente corto. No es descabellado apostar cantidades entre 1-5 € para iniciarse e ir cogiendo destreza.
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No subas la equivalencia de la unidad de stake hasta que tu bank no haya crecido y adquirido un determinado colchón.
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No pretendas hacer cosas parecidas a lo que crees que hace el tipster. Probablemente, si no estudias los partidos 40-45 horas a la semana, perderás a largo plazo.
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No apuestes en picks tarde si han cambiado las condiciones de partido y cuota. Es preferible dejarlo pasar y esperar al próximo pick.
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No tengas miedo a las rachas negativas. Es posible que un tipster falle varios pronósticos de manera consecutiva y no tiene porqué deberse a que esté seleccionando pronósticos que carecen de valor.
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Lleva la contabilidad de tus picks y sigue con frecuencia la evolución del servicio.
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Medita todas las decisiones con racionalidad. No seas impulsivo.